Los macarons son originalmente de Italia, aunque son más conocidos por ser una delicia francesa. Cuando la reina Catalina de Médici mandó ofrecer maccarone a los convites de la boda del duque de Joyeuse en París en 1581. Este habría llevado la receta al pueblo de Joyeuse, en el actual departamento francés de Ardèche, donde se sigue confeccionando bajo el nombre de «macaron de Joyeuse». Atento a la receta de macarons que te traemos.

Tabla de contenidos
Ingredientes:
130 gr. de harina de almendra
150 gr. de azúcar glas
2 claras de huevos
Colorante de gel
Relleno de frosting de queso:
190 gr. de queso crema a temperatura ambiente
45 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
200 gr. de azúcar glas
Zumo de limón
Preparación de receta de macarons:
En un bol grande añadimos y batimos las dos caras a velocidad alta durante 1 minuto (es importante que estén a temperatura ambiente). Vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas tamizado, y batimos durante 3 minutos. Las claras formarán picos y será el momento de añadir de 2 a 10 gotas de colorante (aunque mejor no llegar a las 10), dependiendo de la intensidad que busquemos, batimos durante 30 segundos hasta que se integre.
En un bol aparte, tamizamos un par de veces la harina de almendra. Este paso es importante para que no queden grumos y tengamos una masa suave. Añadimos 1/3 de harina de almendras y con una espátula hacemos movimientos envolventes para mezclarlo todo. Añadimos otro tercio y seguimos mezclándolo suavemente, y le sumamos el resto.
Para saber que la masa está lista, con una espátula partimos la masa por la mitad y observamos que la línea se queda marcada y la masa vuelve poco a poco a su posición.
Finalmente, rellenamos una manga pastelera (con una boquilla del número 12) con la masa. Preparamos el papel de horno y con un lápiz hacemos unos círculos o bien compramos un molde de silicona que ya tiene los círculos. Con la manga pastelera vamos poniendo la masa sobre los círculos (dejando un poco de espacio a los bordes para cuando se expanda). Cogemos la bandeja y le damos un golpe sobre la encimera para sacarle el aire y las burbujas, si sigue con alguna burbuja podemos coger una palillo y la rellenamos con suavidad. La superficie tiene que estar todo lo lisa que sea posible.
Saldrán unas 48 conchitas, es decir, unos 24 macarons.
Dejamos secar al aire los macarons, hasta que se forme una pequeña costra sobe la crema y que no se pegue en los dedos. En mi casa esperé 1 hora, pero puede oscilar entre 30 minutos a 3 horas, depende de donde vivas.
Precalentamos 15 minutos a 150° C. Colocamos la bandeja en la mitad superior del horno, y horneamos durante 10-15 minutos. Los macarons tienen que quedar lisos con una base rugosa. Cuando haya pasado el tiempo de horneado, sacamos la bandeja y dejamos que se enfríen en la misma bandeja.
Relleno de frosting de queso:
En un bol ponemos el queso crema, la mantequilla, el azúcar glas y el zumo de limón (yo exprimí con la mano medio limón), y batimos hasta que todo esté homogéneo. Ponemos el relleno en una manga pastelera (con boquilla del número 12) y rellenamos una de las conchitas (hay que tener en. cuenta que al poner la otra mitad, el relleno se expandirá).
Consejos:
Es recomendable guardar los macarons en un recipiente hermético para que no se ablande con la humedad.
Los macarons tienen que tener un interior cremoso y esponjoso, las conchitas deben ser rugosas y estar bien formadas. Para conseguir el macaron perfecto tenemos que practicar dos, tres, hasta cuatro veces esta receta.
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